Hola a todos, luego de un largo
periodo de inactividad les comparto nuevamente un par de palabras en este
pequeño rincón de la red, en el que siempre son bienvenidos, pero sobre todo
muy esperados, en esta oportunidad y como un pequeño retorno a este bello mundo
de letras y blogs quiero compartir una reflexión sobre los altibajos de la vida
que espero pueda compartir un poco de empatía y calma al saber que todos
vivimos estos momentos en nuestro recorrido por este maravilloso mundo.
Te todos es sabido que ir alcanzando
nuestros sueños y cumplir nuestras metas es un deseo profundo de nuestros
corazones, ese dulce proceso de ir logrando conquistas y coleccionado derrotas
que nos van enseñando que el valor de todo triunfo está en el camino que se
recorre para llegar a él, donde las lágrimas se convierten en un collar que
adorna el marco de nuestra sonrisa al saber que se está avanzando a paso firme
y con buena estrella en nuestro sendero de vida.
Sin embargo, llega ese momento donde
las alas nos son cortadas de tajo y nos estrellamos como un saco de arena que
en lugar de levantar polvo levanta los más profundos sentimientos de
desesperación en nuestros corazones, esos corazones que apenas unas horas antes
sentían el recorrer del viento bajo las alas de la esperanza.
Y llegado al punto indeseado de
sentirse haber empezado de nuevo, o peor aún, sentir que todo termino, conviene
hacer una pausa y darse cuenta que tal vez estamos cometiendo el error de no darnos
la oportunidad de escuchar los juicios externos a los propios, lo más probable
sea que nos estemos juzgando duramente y sintiéndonos como perdedores ante la
derrota, pero siendo medidos a ojos externos como unos verdaderos guerreros que
no se rinden ante la caída.
Que quien está a cargo de medirnos el
avance se sienta cada vez más orgulloso de vernos como levantamos el rostro
desde el lugar de la derrota, y como nos sacudimos el polvo para seguir o para
volver a empezar, sucede entonces que es importante darse cuenta que en el
momento en el que estamos empezando algo nuevo siempre habrá caídas,
contratiempos y errores, pero que esos errores solo nos irán haciendo madurar y
crecer, que esos errores solo nos están volviendo mejores combatientes en la
contienda de la vida y en la batalla del éxito, no nos demos golpes tan fuertes
a nuestra propia autoestima y orgullo, sobre todo sin saber si en realidad lo
estamos haciendo mejor que nunca.
Sucede que los más grandes guerreros
que la historia y el mundo nos han regalado, constantemente nos han enseñado
que las caídas son las lecciones que nos van enseñando las importantes pautas
de las claves del éxito, nos van mostrando el camino a seguir y donde nos
debemos detener, nos van mostrando donde están las debilidades que debemos
convertir en fortalezas y donde están las carencias que debemos convertir en
abundancias, nos muestran que una caída no es una derrota, por el contrario es
el momento exacto donde más crecemos para poder dominar de mejor forma el fruto
del esfuerzo.
Y cuando llegue el momento de la
verdad donde pondrán a prueba todo lo que has crecido y todo lo que has
aprendido, coloca el alma, el corazón, la vida, y has todo de la mejor manera y
con todo el valor, muestra siempre las tres pautas del éxito, ambición,
entusiasmo, constancia.
Pero sobre todo nunca tengas miedo de
caer, puesto que si no caes solo quiere decir que ni siquiera te has movido.
De momento me despido hasta nuestro próximo
post y te deseo lo mejor hasta el momento en el que nos volvamos a encontrar en
este nuestro espacio en la red.
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